viernes, 10 de octubre de 2014

RELATIVIZAR Y VALORAR

Son muchos papas y mamas e incluso algunos profesores, que se sienten mal o impotentes con sus hijos o alumnos, por no saber reconducir sus conductas en casa o en el aula o por no tener  las  estrategias  suficientes  para tener el control "emocional adecuado" ante las respuestas conductuales o emocionales de sus hijos o alumnos. Para iniciar cualquier cambio de lo que me esta ocurriendo en mi familia, mi aula, mi trabajo, es importante que sepamos ver las cosas desde diferentes puntos de vista, ya que esto nos ayudará a comprender mejor lo que esta ocurriendo. 

Si por ejemplo, un niño de dos a tres años de edad, tiene una rabieta porque quiere un juguete y no se lo damos, puede que inicie una rabieta de índole mayor. Que llore, que se tire al suelo, que se auto-lesione... y si yo no conozco bien la psicología evolutiva de los dos a los tres años de edad, puedo pensar que mi hijo es agresivo, malo o que yo no sirvo como madre o padre. 

Si mi hijo pre-adolescente me esta respondiendo mal o tiene una conducta de cierta rivalidad conmigo, tendré que saber responderle desde el conocimiento de su etapa evolutiva junto con los valores que yo mantenga en mi contexto familiar. Y así muchas más cosas. Lo importante y es ahí a donde quiero ir, que tanto padres, madres y profesores requieren tener unas competencias y habilidades a la hora de saber educar a nuestros hijos o alumnos. Esto es uno de los principios claves del blog CÓDIGO67.  Y no son difíciles conseguir estas competencias. Requiere tiempo, es verdad, pero no tenemos más remedio que informarnos o conocer algunos principios de la educación o la psicología o poder contar con el asesoramiento de un profesional. Empezaremos pronto en este blog con estos principios. 

A partir de aquí, empieza otro camino, que siendo fácil, nos cuesta mucho. Este camino empieza por relativizar las cosas o ponerlas en el lugar donde tocan. ¿ Cómo es posible que tengamos que perder los nervios por una rabieta en un niño de 2 años? ¿ cómo es posible que verbalizemos que ya no podemos más con nuestro hijo o alumno? ¿ cómo es posible que nos saquen lo peor de nosotros nuestros hijos o alumnos en algunas situaciones? 

Tengo claro que los problemas de nuestros hijos son para cada uno de nosotros, los más importantes del mundo, pero la intensidad con la que los vivo y la forma en cómo me implico en ellos, debe venir determinada, por mi nivel de competencia como padre o madre o por mi capacidad de relativizar las cosas en una escala de 0 a 10 y no, por lo que acabamos de ver o lo que acaba de acontecer. 

Pongo un simple ejemplo: Si tengo en mi comedor una jarrón chino de un valor incalculable y mi hijo de dos años de edad se ha tropezado con él y se lo ha cargado...¿de quien es la culpa? . Si tengo un hijo que ha suspendido 2 asignaturas al principio de curso ¿ le empiezo a castigar sin salir o ver la tele ? Si mi alumno en clase tiene un mal comportamiento ¿ le amenazo con que voy a llevarlo a dirección o que voy a llamar a sus padres?.

Lo primero de todo es conocer lo que esta ocurriendo y el porqué. Esto es fundamental. No vayamos de jueces ni de salvadores, en el primer momento. A partir de aquí, es cuando debemos relativizar lo ocurrido. Si a todo lo que me pasa o me ocurre con mi hijo, alumno, marido, compañero de trabajo me pongo a nivel 10, las cosas no saldrán bien, no enseñaremos nada, seguramente con el tiempo dejarán de respetarnos y tendremos conflictos sociales, educativos y familiares todos los días. Si no damos la oportunidad al otro para que pueda expresar lo ocurrido antes de determinar cualquier cosa, no saldremos nunca de nuestro agujero. 
Relativizar consiste en dar la importancia que cada cosa tiene en cada momento y darle un valor a las cosas, situaciones vividas o experiencias que tenemos todos los días de nuestras vidas. 

Las cosas nunca se ven igual, hay diferentes puntos de vista, las situaciones son cambiantes y los estigmatismos no debemos fomentarlos. Tener un hijo o un alumno en clase, es más importante de lo que nos podemos llegar a pensar y que nunca o muy pocas veces hacemos. ¿ A cuantas personas les gustaría que su hijo fuera al colegio que va el tuyo? ¿ a cuantas personas les gustaría que su hijo se pareciera un poco al tuyo? ¿ a cuantas personas les gustaría tener un trabajo como el tuyo? ¿ a cuantas personas les gustaría pasar por tus problemas de rabietas con tu hijo de dos años? ¿ a cuantas personas les gustaría poder discutir los problemas con un pre adolescente?  y así hasta más de mil preguntas.

Es en este momento, cuando vemos las cosas desde otros puntos de vista, donde valoramos esa rabieta del pequeño de la casa y la vemos con otros ojos, es cuando la rivalidad con un pre-adolescente se convierte en un reto para mi y no en un engorro, es cuando me siento bien con lo que hago. Esta claro que se me rompió en jarrón, que esta noche he sido duro con mi hijo pero a la vez responsable, que he intentado que mi alumno cuente conmigo antes de tomar otros caminos y es aquí, cuando me valoro como persona, porque he sido capaz de entender, relativizar y valorar lo que tengo, por mucho esfuerzo que requiera la situación. 
Es un camino de inteligencia positiva, de ver las cosas desde muchos puntos de vista, de conocerme, de valorar las personas cercanas a mi y sobre todo, de mi crecimiento personal, para dar lo mejor de mi mismo. 

Este reto es el que hoy os quiero transmitir. No pierdas ninguna oportunidad que tengas para mejorar tus competencias o para actuar de la forma más adecuada a cada circunstancia. NO pierdas los papeles por cosas insignificantes, esfuérzate en lo verdaderamente importante  y empieza a dar las gracias a quien te apetezca por estar ahí, junto a los tuyos, intentando día a día ser mejor . 


La verdad es que funciona, y podemos enseñar a nuestros hijos y alumnos la forma de ver y entender las cosas. Ánimo a todos, y ya sabes!!!!!...si crees que esto le puede hacer bien a alguien...no dudes en enviárselo. Gracias por esta ahí. 
  


















2 comentarios:

  1. Buenas tardes,la verdad es que todos los argumentos me parecen estupendos pero un poco ideales. Cuando tienes varios hijos ( desde los 22 años pasando por los trece, los diez y por un bebé de ocho meses) y trabajas, además, fuera de casa...con lo que eso también conlleva...y vuelves un poco cansada...te encuentras con que el bebé ha roto un marco de fotos porque ya se pone de pie, el de diez está jugando al fútbol en el pasillo, el de trece te dice que en la evaluación inicial le van a caer cuatro y el de veintidos te dice que va a salir pero que ya hará sus tareas porque "él ha trabajado ese día" y tu marido te dice que hay que economizar más......pues, la verdad, me cuesta relativizar y ser positiva.

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    1. Puedo entender tu situación y más si tienes varios hijos como me cuentas. Lo más importante es tener las estrategias mentales para poder afrontar las situaciones. Tener un marco de referencia no nos impide actuar con nuestros hijos sino que más bien nos dice cómo debemos actuar en cada situación. Ser positivo es una forma de ser que se contagia a los demás. Claro que a veces cuesta pero no olvides quien es el capitán del barco. ¿Cömo te sentirías si el piloto de un avión ante una tormenta comunica a los pasajeros que la cosa no va bien? NO es mentir, es afrontar las cosas con las competencias que conlleva educar bien. Así que mucho ánimo, relativiza y así comprobaras que a cada cosa le corresponde una intensidad. Un saludo

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